ANTI-TRADING
55.- RETOMAMOS LOS ARTÍCULOS DE TERAPIA ( 5º mes de rehabilitación)
Cuando uno se adentra en el mar de la introspección, como dice Nazareth Castellanos en su libro El puente donde habitan las mariposas, no sabe muy bien lo que se va a encontrar. Lo único que sabe realmente es lo que deja atrás, desde dónde parte. Nadie nos enseña a mirar hacia dentro, a reconocer lo que duele, lo que falta, lo que se cayó hace años y aún sigue haciendo ruido.
Desconozco lo que hacen los demás con su vida; solo puedo contar lo que hago yo con la mía. Y desde luego, jamás me había planteado hacer algo tan profundo, tan complejo y tan necesario como lo que estoy haciendo ahora: un trabajo real de introspección. Quizá lo más duro y doloroso que he vivido… y, a la vez, lo más satisfactorio.
Apenas llevo cinco meses metido en este “lio” de intentar reconstruirme por dentro, visitando una a una las salas de mi propio museo del desorden —como dice Nazareth—, y ya he comprobado que este camino es emocionante, imprevisible, lleno de peligros, curvas y sobresaltos. No es un sendero recto. No es un proceso lineal. Es una travesía en la que la calma nunca es definitiva. Y es importante recordarlo.
En estas tres últimas semanas he podido comprobarlo más que nunca. La estabilidad que creía haber alcanzado se desvaneció en cuanto la vida me colocó nuevos retos delante: problemas en el trabajo, discusiones en casa, noches sin dormir, emociones agitadas que suben como un tsunami sin previo aviso. Esa falsa sensación de control, esa “zona de confort temporal” en la que me había acomodado, desapareció en cuestión de días.
Pero una vez emprendido este viaje interior, ya no hay marcha atrás. No puedes volver a cerrar los ojos. Solo queda avanzar, hacer chequeos periódicos de uno mismo, corregir lo que haya que corregir, y seguir aprendiendo. Eso es lo más importante: aprender. Mantener los ojos abiertos, la mente receptiva, y aceptar sin vergüenza todo lo que uno va descubriendo de sí mismo.
He decidido eliminar los dos últimos artículos que publiqué —los conservo solo para mí—. Incluso llegué a plantearme borrar todo lo escrito hasta ahora. A veces uno se siente demasiado expuesto, demasiado vulnerable. Pero creo que es sanador recoger aquí mi proceso completo: mis dudas, mis avances, mis retrocesos, mis nuevas formas de pensar, mis emociones a flor de piel. Porque el cerebro cambia, muy despacio, casi sin que lo notes… pero cambia. Y lo que cambia por dentro tarda más en reflejarse fuera.
Por eso sigo escribiendo este diario terapéutico. Para acompañarme a mí mismo en este proceso. Para dejar constancia de todo lo que estoy viviendo. Y, quizá algún día, para convertir este viaje interior en un libro que ayude a otros.
A día de hoy, termino la semana estable. He recuperado el sueño sin recurrir a más que alguna infusión y técnicas de respiración para calmar la mente. He vuelto a sentir energía, he vuelto a leer mucho, he vuelto a cuidarme. Siento que el camino vuelve a asentarse bajo mis pies.
Así que seguimos. Un día más. Un paso más. Con la satisfacción de estar haciendo lo que debo hacer: reconstruirme desde dentro.
Seguimos en el camino.
Anti-Trading.com
© 2025. Todos los derechos reservados