64.- Un día oscuro

Anoche fue un día de esos que no me gusta vivir.
Tristeza profunda, sin ganas de hacer nada, malestar en el estómago, sensación de pesadez en el pecho.

Varios intentos de quitarme esa sensación física tan molesta con respiraciones profundas, pero no…
A veces no es tan fácil.

Me vino a la cabeza lo que me recomendó mi psicóloga: refugiarme en un paraíso dentro de mi mente.
Pero la verdad es que lo que me pide el cuerpo en esos momentos no es calma… sino adrenalina.
Sí. Adrenalina.
Necesidad de escapar de esa sensación física tan desagradable.

Siento no poder poner en palabras lo que se siente en esos momentos.
Solo sé que no me gusta y quiero escapar de ahí, pero no puedo.

Por la mañana hice un dibujo, y conseguí parar la mente un rato.
Pero hay algo ahí, algo que no acabo de ver, que me arrastra hacia esas sensaciones físicas desagradables.

No es la primera vez que me pasa; de hecho, arropado en la cama se me vinieron multitud de recuerdos de haberme sentido así antes.
Muy solo.
Con la mente imaginé que subía a un avión y saltaba al vacío…
Noté cómo el corazón aceleraba y desaparecía la sensación en el estómago.

Curioso, desde luego.
Cómo funciona el cuerpo y el cerebro.
Cómo podemos desplazar un estado emocional de un lado a otro.

Me puse un par de películas de suspense porque notaba que necesitaba acelerar el corazón, no calmar la mente.
Necesitaba provocar algún disparo de adrenalina… no lo sé, quizá me confundo con las etiquetas, pero ¿qué más da?

Me puse una película que ya había visto hace años: Efecto Mariposa.
Recordaba que me había gustado mucho.
Es una película que recomiendo enormemente —y, si es posible, reflexionar después.

En la vida real no podemos volver atrás.
Pero si pudiéramos, y hiciésemos algo distinto… ¿cambiaría el resto de la historia?

Hice un ejercicio mental para ver qué cosas cambiaría.
Seguramente cambiaría cosas de mí mismo, pero… ¿qué cosas?
Buena pregunta.

En realidad es un círculo vicioso, porque soy el resultado de todo lo vivido, y lo vivido es consecuencia de lo que soy.

Quizá soy esta tristeza tan grande que tengo a veces…
Ese vacío difícil de explicar, porque no tengo palabras para ello.

Probablemente, en un intento de escapar de todo eso, fue por lo que me hice adicto.
Quizá estaba intentando escapar de mí mismo.
No lo sé.

¿Puede que no pueda escapar, sino aprender a convivir con ello?
¿Aprender a amarlo?
No lo sé.

Necesitaría encontrar la forma de expresar de alguna manera todo lo que llevo dentro.
Me encantaría encontrarme bien, sin recurrir a medicamentos ni a nada que me anestesie.
Pero no es sencillo.